
En esta preboda se me planteaban varios retos. Uno de ellos era ir refinando un par de cosas y demostrarme que no hay límites. Otro era Vicente, al que no le gusta que le hagan fotografías, pero que se ha portado como un campeón.
Para esto, hemos ido a un paraje con dos ambientes, un viñedo manchego, y un campo segado, seco y vacío. He sacado todo el partido posible a un paisaje en el que no hay mucho que aprovechar…. o si…. esta es una prueba más de que la cámara no hace milagros y es el ojo del fotógrafo el que trabaja realmente.
Entre los tres, hemos hecho posible que una situación que no favorecía un buen reportaje se trasforme en uno de mis reportajes favoritos. Siempre me ha gustado trabajar con un reto en mente, algo que me haga sudar la gota gorda y trabajarmelo mucho para obtener algo, porque eso me hace avanzar un pasito, pequeño, cada día.
Hoy el novio, un tanto remolón en un principio, ha sabido desenvolverse muy bien al final de la sesión e incluso ha animado a Mariajosé a jugar en algunos momentos para que yo pudiera aprovechar y hacer algunas fotografías. Así que no tengo más que agradecerle mucho su colaboración, la de los dos, lo han hecho genial y me han ayudado para completar mi pequeño-grán reto.
En cuanto a mi reto personal… me habia planteado el hecho de que se entendiera una fotografía totalmente desenfocada en el contexto de un reportaje, entre otras cosas. Nadie metería una fotografía que esta desenfocada… pero, porque no? la fotografía artistica debe tener una justificación lógica, pero no por ello estar limitada, al contrario.
Como siempre, agradecer a la pareja su actitud y el buen rato que he pasado con ellos. Y a vosotros que visitais mi blog, agradeceros como siempre vuestros comentarios.
Os dejo con unas cuantas fotografías de la sesion.
peazo artista, son preciosas!!… vivan los noviosss!!!
Esta es sin duda una de mis sesiones favoritas. Muchisimas gracias Isa!! Un abrazo!!